San Miguel Arcángel.

Uno de los arcángeles más venerados por las religiones monoteístas celebra su festividad el día de hoy, 29 de septiembre. San Miguel, considerado como el jefe de los Ejércitos de Dios es también el Príncipe de la Milicia Celestial y Primer Ministro de Dios. Es venerado especialmente por la Iglesia católica, quien le considera su patrono.

Además, es considerado como el abogado del pueblo elegido de Dios.

En las lecturas del Antiguo Testamento, es mencionado como el gran defensor del pueblo de Dios. Sin embargo, también aparece en el Nuevo Testamento. San Miguel Arcángel es representado como un ángel guerrero, lleva una armadura y una lanza con la que es capaz de matar a un demonio o dragón que se encuentra por debajo de sus pies. El cual, según diversas interpretaciones, es Lucifer.

San Miguel Arcángel también es representado a través de una balanza, esto se debe a que su figura define a la justicia. Asimismo, es adorado por haber derrotado a Satanás y es conocido como el ángel de la plegaria.

Unos de los Arcángeles mas venerados por las religiones monoteistas celebra su festividad el dia de hoy, 29 de Septiembre, SAN MIGUEL ARCANGEL, considerado como el JEFE DE LOS EJERCITOS DE DIOS, es también , el PRINCIPE DE LA MILICIA CELESTIAL y PRIMER MINISTRO DE DIOS. Es venrado especialmente por la iglesia Católica, quien lo considera su Patrono.

Ademas, es considerado como el abogado del pueblo elegido de DIOS.

En las lecturas del Antiguo Testamento, es mencionado como el gran defensor del Pueblo de DIOS. Sin embargo tambien aparece en el Nuevo Testamento. San Miguel Arcángel es representado como un angel guerrero, lleva una armadura y una lanaza con la que es capaz de matar a un demonio o dragon que se encuentra por debajo de sus pies. El cual, segun diversas interpretaciones, es Lucifer.

San Miguel Arcangel tambien es representado a traves de una balanza, esto se debe a que su figura define a la justicia. asimismi, es adorado por haber derrotado a Satanás y es conocido como el ángel de la plegaria.

Oración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con tu divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. 

Amén

Juan Pablo II no ordenó que la oración a San Miguel Arcángel fuese obligatoria pero si exhortó a los católicos a rezarla contra el mal

Juan Pablo II pidió a todos los católicas retomar la Oración a San Miguel Arcángel para protegernos del mal. La Oración al Arcángel Miguel fue compuesta por el Papa León XIII y  después de que él tuvo una visión de la batalla entre la "mujer vestida de sol" y el gran dragón que intentó devorar a su hijo al nacer, indicada en el libro de Apocalipsis, capítulo 12

En 1886, el Papa decretó que esta oración fuese recitada al final de la Santa Misa por toda la Iglesia universal

Esta práctica de invocación a San Miguel Arcángel se celebró hasta que ocurrió el Concilio Vaticano II, cuyo mandato de recitar esta oración al finalizar la misa fue revocado, aunque igual los fieles podían continuar con esta devoción pero de manera privada

En 1994, durante el Año Internacional de la Familia, el Papa Juan Pablo II pidió a todos los católicos que rezaran esta oración diariamente. Él advirtió que el destino de la humanidad estaba en grave peligro.

A pesar de que Juan Pablo II no ordenó que la oración fuese pronunciada después de la Santa Misa, exhortó a todos los católicos a rezarla juntos para superar las fuerzas de la oscuridad y el mal en el mundo.

En su mensaje durante la oración del Ángelus, dado en la Plaza de San Pedro, el domingo 24 de abril de 1994, poco antes de la Conferencia de las Naciones Unidas en El Cairo, San Juan Pablo II habló de "la mujer vestida de sol", de la que se hacía mención en la visión apocalíptica de San Juan, con el dragón a punto de devorar a su hijo recién nacido (Ap. 12,1-4)

El Santo Padre dijo en aquel entonces que en nuestro tiempo "todas las amenazas acumuladas a la vida" son colocadas ante la Mujer, y nosotros debemos dirigirnos a la "Mujer vestida de sol" para superar todas estas trampas".

Este mensaje animó al pueblo católico para que nuevamente invocaran a San Miguel Arcángel a través de la oración que el Papa León XIII había compuesto.

Que la oración nos fortalezca para la batalla espiritual de la que se nos dice en la Carta a los Efesios:

"Fortalézcanse en el Señor con la fuerza de su poder. Revístanse con la armadura de Dios, para que puedan resistir las insidias del demonio". (Efesios 6,10-11)

Esta es la misma batalla a la que El Libro de la Revelaciones [Apocalipsis] hace mención, recordando ante nuestros ojos la imagen de San Miguel Arcángel (cf. Apocalipsis 12,7)

El Papa León XIII sin duda tenía una visión muy vívida de esta escena cuando, al final del siglo pasado, introdujo una oración especial a San Miguel Árcangel en toda la Iglesia. Incluso si esta oración ya no se recita al final de cada misa, nosotros podemos recordar este llamado a la lucha espiritual y recitarla para obtener ayuda en la batalla contra las fuerzas de la oscuridad y en contra del enemigo malo.

Oración a San Miguel Arcángel

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla, sé nuestro amparo contra la perversidad y las asechanzas del demonio. Reprímale Dios pedimos suplicantes; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con tu divino poder a Satanás y a los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de las almas. 

Amén

 

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.

Oración a San Miguel Arcángel creada por el Papa León XIII